
La Quintaesencia de la Chardonnay en una Añada Excepcional

La Nobleza de la Chardonnay
Elaborado en cantidades limitadas solo en añadas excepcionales, Le Blanc de Blancs pone de manifiesto toda la elegancia y la pureza de los Chardonnays de la Côte des Blancs. Este terruño alberga los mejores Chardonnays con gran potencial de guarda, entre ellos tres Grands Crus que constituyen la base del ensamblaje.
Chouilly, viñedo de la Casa, completo y sutil, aporta a la cuvée una textura sedosa, frescura y diversidad aromática. El Mesnil-sur-Oger brinda tensión, precisión y una buena capacidad de guarda, en perfecta armonía con la mineralidad caliza de Cramant. Un ensamblaje emblemático completado por una selección de notables Premiers Crus.

Un Estilo Icónico
Reconocible por su estilo a la vez puro y cremoso, Le Blanc de Blancs es una auténtica oda a la Chardonnay. Es la cuvée emblemática de Caroline Latrive. Garante del estilo, Caroline no oculta su amor por la Chardonnay y le otorga un puesto central en el ensamblaje.
Brillante y contemporánea, esta cuvée de prestigio evoluciona en una botella especial que favorece el desarrollo de su perfil organoléptico durante los 6 años de crianza en bodega subterránea.

Maridajes Gastronómicos
Un aperitivo epicúreo por excelencia, Le Blanc de Blancs 2014 también va de maravilla con un ceviche de dorada con limón, un risotto de gambas o con ternera braseada al romero.
Información técnica
El ensamblaje
100% CHARDONNAY
100% CÔTE DES BLANCS
Exclusivemente Grands Crus y Premiers Crus: Chouilly, Cramant, Le Mesnil-sur-Oger, Cuis, Grauves
Crianza : una media de 6 años sobre lías
Dosage : 6 g/L
notas de cata
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VistaLuminoso y brillante, oro blanco, burbuja fina
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NarizGran frescura aromática, sutiles notas cítricas
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BocaViva y amplia, frutas blancas, un toque de pastelería, cítricos, textura sedosa, final largo y persistente, mineralidad caliza

Caroline Latrive habla de su cuvée emblemática
«2014 es una magnífica añada para los Chardonnays de la Côte des Blancs. Es una añada muy homogénea, las uvas alcanzaron una maduración óptima y produjeron una cosecha abundante, sobre todo en los pueblos de Grands Crus.
¡Después de un invierno «sin invierno», de una primavera más propia de un verano y de un mes de agosto otoñal, tuvimos una cosecha inesperada gracias a las cuatro semanas de sol que precedieron al inicio de la vendimia!»